En la actualidad se ha vuelto muy recurrente la preocupación de las personas por su apariencia a un nivel exagerado, en donde el deseo y la obsesión por buscar una aceptación de la sociedad de encajar en ella, y de por si tener una aprobación externa.
Aquí la persona una vez este desarrollando esto, empieza a tener un comportamiento egocéntrico, centrándose en si mismo, en sus logros y opiniones, mostrando un bajo interés en las demás personas, con el fin de tener la atención y el reconocimiento de los demás., ella va a tener una gran dificultad para aceptar criticas, siendo intolerante a estas.
La persona que empieza a desarrollar la vanidad se convierte en alguien arrogante, y tiene una necesidad constante de reconocimiento externo, la mayoría hablando de su aspecto físico, se la pasan con un espejo el cual se convierte en su mejor amigo.
Es por ello que la vanidad se la puede considerar un nuevo pecado capital ya que se ha convertido en uno de los mayores pecados capitales, enfocándose en lo mundano, una confianza y un amor propio excesivo, ignorando a la sociedad como tal e imponiendo una barrera que debilita un posible avance.
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