En la era digital, donde la tecnología forma parte esencial de nuestra vida cotidiana, el autocuidado se ha vuelto más necesario que nunca. La constante conexión a dispositivos móviles, redes sociales y plataformas digitales ha transformado la forma en que interactuamos, trabajamos y consumimos información, pero también ha generado nuevas fuentes de estrés, ansiedad y agotamiento mental.
El uso excesivo de las pantallas puede afectar negativamente nuestra salud física y emocional. Pasar muchas horas frente a un dispositivo puede generar fatiga visual, alteraciones en el sueño debido a la exposición prolongada a la luz azul, y sedentarismo, lo que a su vez impacta en nuestra salud general. A nivel psicológico, el bombardeo constante de información y la presión por mantener una presencia activa en redes sociales pueden provocar comparaciones dañinas, baja autoestima e incluso síntomas de ansiedad y depresión.
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